Escuchando

Tú hablas y yo te escucho. Te escucho con las manos, a través de la piel de todo mi cuerpo. Te escucho embelesada, con los ojos, abriéndolos como esponjas, colgada de tu boca y de tu voz.
Y no hay nada malo en ello, estoy aprendiendo. Aprendiendo a ver el mundo con tu mirada. Porque es interesante, porque es como beber de un libro. Que puede ser un fiasco, claro, pero eso no me detiene porque tengo mucho que ganar.
Tú te extrañas de mi silencio y lo confundes con desinterés o cansancio. Y cómo explicarte que todo lo contrario y que, en este último año, he descubierto el placer de escuchar sin condiciones. No necesito revelar mi rollo, sólo aprehender. Y me fascina lo que no conozco.
Estoy callada porque estoy masticando despacio, más bien rumiando, las oleadas de nuevos marcos cognitivos, de inesperada información. Sabores buenos y malos que no conocía ni concebía. Tomo consciencia de lo pequeño de mi mundo. Esto es un vértigo de feria, cosquillitas en el estómago, miedo en la nuca.
Y está bien.

Comentarios

  1. Qué bonito, Bere. Y qué de sabia.

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  2. Me gusta ^_^. Invariablemente, me he sentido aludida xD.

    Aunque no fuera para mí, gracias :)

    PD: Escuchar sin condiciones. Me encanta.

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  3. Totalmente de acuerdo con los dos comentarios anteriores ;)

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