Voraz




Mi madre cuenta que nací con los ojos abiertos. Que iba con ella en la camilla por los pasillos blancos con los ojos como platos, bizca, mirando las luces del techo. Y es que nací con hambre.

Lo sé porque, tantos años después, sigue siendo una constante en mi vida. El hambre por saber, mirar y entender. Ansia que tanto placer y dolor me ha traído. Aprender, destripar entre los dedos crueles, comprender los porqués y los cómo.

Me miro al espejo y veo esos ojos voraces que tan bien conozco. Ojos que tuve nublados durante años y que apenas he recuperado. Pero ahí siguen. Y el mundo exterior no es sino pura provocación constante, cantos de sirena con y sin trampa. Ansia heredada, amada y fundida en el abrazo de lo que no puede ser extirpado. Yo soy el hambre. Como lo fue mi padre.

Ojos a veces inundados de luz y otras de sangre dulce al darme cabezazos contra los muros. Porque hay gente que se rodea de muros de diamante. Y mis ojos apenas aciertan a arañar lo imposible. Y me vuelvo loca. Porque la sangre llama a la sangre y quiero saber, quiero abrir, romper y separar. Y escondo las manos, me muerdo los labios para que no se note el temblor de la rabia, el dolor del ansia frustrada.

Otras veces el premio es un interior de nuez blando, rodeado de ataduras, envuelto en cadenas y de color rojo palpitante. Y mis pestañas cuchillas diseccionan cada centímetro. Voracidad sin freno.
Después de haber toqueteado el alma, masticado su esencia y absorbido su olor, mis ojos, pozos de agua viva, aún buscan peinando la larga melena de otros, lamiendo con la mirada para saborear y succionar todo soplo de luz. Asunción de lo útil, bello o deseado. Escupir después mi egagrópila de búho, los restos.

Pero cuando no hay premio ¡ay, cuando no hay premio! Sangre amarga inundando la frente. Ojos negros por dentro, chispitas verdes de fuego de Fénix. Ardo, a través de la mirada y muero para volver a nacer. Y empezar todo de nuevo.

Mi madre cuenta que nací con los ojos abiertos. Y este hambre no se cura.

Comentarios

  1. Hambre,ansia, necesidad, deseo (en éste caso por conocer, por saber más), para mí son virtudes en cualquier persona. Si saltas de ahí a obsesión, empieza el problema.
    Duele leerte.
    Bonitos ojos, por cierto.
    Besos

    PD: Por favor dime que no usas la palabra "egagrópila" a diario.:)

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