Un banco al sol

El tiempo en un banco. Un banco cualquiera. Al sol.
No, no uno más. Éste y no otro.
Los ojos al sol, la cara orientada bebiendo la luz. Y a través de la párpados el rojo fuego naranja de la fruta en su justo punto. Madura y caliente.
El tiempo aquí y ahora, lejos de todo, dentro del corazón. El sol y yo. Madera en la espalda. Y piedra a los pies. ¿Soy feliz? He trascendido. Sólo soy luz y fruta encendida.
El tiempo en un banco se estira y deforma. Mi carne arde en un nuevo aire cargado de paz.
Miro el reloj. Y sólo han pasado tres minutos.

Comentarios

  1. En esos tres minutos yo ya me he quemado varias veces.... :)
    Échate crema protectora, por si te relajas demasiado y te quedas dormida. ;)

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