Los demonios
Los demonios. Se me llevan. Se me llevan de los pelos, azuzados por las hormonas o porque toca, yo qué sé. Cabreo máximo, quiero matar, con mis manitas.
La ira me inunda como un nivel de agua que me asoma por los ojos.
Y si saber exactamente por qué. Que manda narices. Que a veces tiene una razón más o menos racional pero ¿así porque sí? Soy consciente de la chispa que ha prendido la mecha, pero de dónde ha salido toda esta pólvora. Por qué todo me viene grande y me ahoga, por qué estas ganas de tirar cosas y dar golpes que tengo que reprimir o volveré a quedarme sin tazas, sin puerta, sin aliento.
La ira me inunda como un nivel de agua que me asoma por los ojos.
Y si saber exactamente por qué. Que manda narices. Que a veces tiene una razón más o menos racional pero ¿así porque sí? Soy consciente de la chispa que ha prendido la mecha, pero de dónde ha salido toda esta pólvora. Por qué todo me viene grande y me ahoga, por qué estas ganas de tirar cosas y dar golpes que tengo que reprimir o volveré a quedarme sin tazas, sin puerta, sin aliento.
Los demonios tienen esa tendencia, se te van al pelo y tiran, tiran, tiran hasta crisparte por dentro.
ResponderEliminarLo mejor es raparse, pero como te queda demasiado chachi los mechones de colores, lo que puedes hacer es distraerlos.
Dales cosas dulces, yoga e ipads. Dale paseos cortos, espaciados y delicaditos. Dales charlas con minifuturashermanitas y besos stronger, y si no te quedan, mira a ver si hay Jevis, que seguro que de esos hay la tira!
Y ten calma, estás ahí con toda la ilusión, mejorará el estado mental, las tormentas neuronales y los demonios, al final, tendrán que echar siesta.
Besicos y a por ello, guapa!