Distancia de seguridad

Yo te quiero, pero a veces lejos y a veces cerca. Y así es difícil, más bien imposible.

Porque esto es fascinación. No se me ocurre otro calificativo. Etiqueta que clasifica y uf quédate tranquila que ya no hay caos. Pero sí lo hay.

Porque me fascinas. Adivino sombras y fuegos artificiales. Y ahí en el fondo de tus ojos líquidos está la luz negra. Esa mancha apenas perceptible de la que soy incapaz de saber si es una luz agujero negro que va a devorarme (o aún peor, a dejarme viva, a medio comer), un puntito que me invento por lo del misterio y la aventura, un agujerito lleno de sésamo tostado, dulce y secreto o una mancha de mierda en mi propia pupila hecha de miedo e inseguridades.

Así es que creo que me dejo querer, pero siempre con la mano tendida. No para que la tomes, sino como tope y barrera. Hasta aquí, no te acerques. Lánzame monedas para que baile, pero no me toques.

Y me pregunto todo el tiempo si soy precavida e intuitiva o simplemente imbécil y loca.

Comentarios

  1. Tú sí que fascinas.

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    Respuestas
    1. Estoy con Sil. "Ojos líquidos". Grande.

      Ay, qué ganas tengo de achucharte.

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  2. A veces las manchas negras ajenas devoran a los que se acercan, pero otras veces basta con que el otro se acerque para que se vuelva sólo una mancha gris oscuro, luego gris claro... y luego puede que incluso se llene de luz. Aunque no sé si hablamos de lo mismo...

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