Uróboros

En Barrio Sésamo se repetían muchas de las animaciones y canciones: el "uno-dos-tres-cuaa-tro-cin-co-seis-sieete-ochonuevediezoncedoce tururururu" del pinball es un clásico. Pero yo recuerdo una que me gustaba especialmente y que no he podido encontrar pese a buscarla bastante. Se trataba de un dibujo en el que un pintor iba dando brochazos de pintura roja a las paredes del cuadrado en el que estaba inserto, arriba, abajo y a su alrededor hasta que se iba quedando sin espacio disponible y, en un último brochazo, se eliminaba a sí mismo en el hueco reducido que le quedaba.

 

Metáfora que me ha venido a la mente al verme acorralada y rodeada, cada vez más restringida de movimiento y reacción, por mi propia rabia. Una rabia que me come y me bloquea, que me va encogiendo la piel cada vez más hasta ser pequeñita, yo misma un pequeño punto de energia negativa, como si fuera el principio del Universo. Pero de un Universo feo y que quema. Y si me sigo encogiendo ¿aumentarán tanto mi masa y la presión que me convertiré en un agujero negro? ¿Acabaré implosionando o devorada por mí misma, como la serpiente uróboros?

¿O acabaré rendida al cansancio y lloviendo mejillas abajo sin poder dar explicaciones?

 

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