Cruces II

Lo malo de creer que se avecina un abandono es creer que se avecina. Y sufrir por cada minuto que lo piensas más cerca. Y lamer agradecida la mano al menor gesto, no vaya a ser el último o te inunde de las endorfinas del "no pasa nada, es tu paranoia, deberías conocerla".

Lo malo es dejarse llevar por los reproches que acelerarían el proceso pero dolerían tanto. O arrancar la tirita de golpe para sufrir el máximo dolor concentrado en el gesto y así evitar la larga agonía. El desgaste. Porque ya no estoy para perder el tiempo. Esto es lo de la zorra y las uvas, lo de tirar el puñado de arena por la ventana en lugar de dejar que se escapen los granos despacito.

Todavía algo me dice que la experiencia no lo es todo. Que puede haber otras transiciones. Claro que yo siempre he sido estúpidamente optimista. Una ilusa.

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